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Buena Salud
Autora Elena G. de White
Hay que enseñar a la gente que las drogas no curan la enfermedad. Es cierto que aveces proporcionan algún alivio inmediato momentáneo, y el paciente parece recobrarse por efecto de esas drogas, cuando se debe en realidad a que la naturaleza posee fuerza vital suficiente para expeler el veneno y corregir las condiciones causantes de la enfermedad. Se recobra la salud a pesar de la droga, que en la mayoría de los casos solo cambia la forma y el foco de la enfermedad." Ministerio de curación 88. Miles de personas que desempeñan puestos de confianza y honor se entregan a hábitos que envuelven la ruina del alma y del cuerpo. Hay ministros del Evangelio, estadistas, literatos, hombres de fortuna y talento, hombres de capacidad para vastas empresas y para cosas útiles, que están en peligro mortal porque no ven la necesidad de dominarse en todo. Hay que llamarles la atención respecto de los principios de la templanza, no de un modo dogmático, sino a la luz del gran propósito de Dios para con la humanidad. Si se les presentaran asi los principios de la verdadera templanza, muchos individuos de las clases altas reconocerían el valor de ellos y les darían franca acogida. (El Ministerio de Curación pag 161 - 162) La enfermedad no sobreviene nunca sin causa. Descuidando las leyes de la salud se le prepara el camino y se le invita a venir. Muchos sufren las consecuencias de las transgresiones de sus padres. Si bien no son responsables de lo que hicieron éstos, es, sin embargo, su deber averiguar lo que son o no son las violaciones de las leyes de la salud. Deberían evitar los hábitos malos de sus padres, y por medio de una vida correcta ponerse en mejores condiciones. Los más, sin embargo, sufren las consecuencias de su mal comportamiento. En su modo de comer, beber, vestir y trabajar, no hacen caso de los principios que rigen la salud. Su transgresión de las leyes de la naturaleza produce resultados infalibles, y cuando la enfermedad les sobreviene, muchos no la achacan a la verdadera causa, sino que murmuran contra Dios. Pero Dios no es responsable de los padecimientos consiguientes al desprecio de la ley natural. (El Ministerio de Curación pag 179) "Hay muchas maneras de practicar el arte de sanar; pero hay una sola que el cielo aprueba. Los remedios de Dios son los simples agentes de la naturaleza, que no recargan ni debilitan el organismo por la fuerza de sus propiedades. El aire puro y el agua, el aseo y la debida alimentación, la pureza en la vida y una firme confianza en Dios, son remedios por cuya falta están muriendo millares; sin embargo estos remedios están pasando de moda porque su uso hábil requiere un trabajo que la gente no aprecia." (Mensajes Selectos T2pag 329) Dios es el único que puede sanar. El proceso natural de curación y reconstitución es gradual y les parece lento a los impacientes." Ministerio de curación 88,187. El aire: para tener buena sangre, debemos respirar bien. Las inspiraciones hondas y completas de aire puro, que llenan los pulmones de oxigeno, purifican la sangre, le dan brillante coloración y la impulsan, como corriente de vida, por todas partes del cuerpo. La buena respiración calma los nervios, estimula el apetito, hace mas perfecta la digestión, y produce sueño sano y reparador. (El Ministerio de Curación pag 206-107) El sol: solamente unos pocos se dan cuenta de que para disfrutar de salud y alegría deben recibir una abundancia de luz solar, aire puro y ejercicio físico. Debo recibir la luz solar que sea posible obtener. Salid a la luz y al calor del glorioso sol.. y compartid con la vegetación sus propiedades tonificantes y saludables. My Life Today pag 138, (Medical Ministry pag 230) La abstinencia: la intemperancia en el verdadero sentido de la palabra, está en la base de la mayor parte de las enfermedades de la vida, y anualmente destruye decenas de millares. Porque la intemperancia no se limita al uso de licores embriagantes; tiene un sentido más amplio, e incluye la complacencia dañina de cualquier apetito o pasión. (La Temperancia pag 121) El descanso: algunos enferman por el exceso de trabajo. Para los tales, el descanso, la tranquilidad, y una dieta sobria son esenciales para la restauración de la salud. Hay modos de recreación que son altamente beneficiosos para la mente y el cuerpo. Una mente que tenga discernimiento y juicio encontrará medios abundantes para recrearse y distraerse en fuentes que son no solo inocentes sino instructivas. La recreación al aire libre, la contemplación de la obra de Dios en la naturaleza, será del mayor beneficio.(El Ministerio de Curación pag 180, Testimonios tomo 4 pag 653) El ejercicio: la inacción es causa fecunda de enfermedades. El ejercicio aviva y regula la circulación de la sangre; pero en la ociosidad la sangre no circula con libertad, ni se efectúa su renovación, tan necesaria para la vida y la salud. la piel también se vuelve inactiva. Las impurezas no son eliminadas como podrían serlo si un ejercicio activo estimulara la circulación, mantuviera la piel en condición de salud, y llenara los pulmones con aire puro y fresco. (El Ministerio de Curación pag 182) Alimentación conveniente: los cereales, las frutas carnosas, los frutos oleaginosos, las legunbres y las hortalizas constituyen el alimento escogido para nosotros por el creador. Preparados del modo mas sencillo y natural posible, son los comestibles más sanos y nutritivos. Comunican una fuerza, una resistencia y un vigor intelectual que no pueden obtenerse de un régimen alimenticio más complejo y estimulante. (Cosejos sobre el Régimen Alimenticio pag 95) El agua: estando sanos o enfermos, el agua pura es para nosotros una de las mas exquisitas bendiciones del cielo. Su empleo conveniente favorece la salud. Ingerida en cantidades suficientes, el agua suple las necesidades del organismo, y ayuda a la naturaleza a resistir a la enfermedad. Aplicada externamente, es uno de los medios más sencillos y eficaces para regularizar la circulación de la sangre. (El Ministerio de Curación pag 181) La confianza en el poder divino: muchos están sufriendo de enfermedades del alma mucho más que de afecciones del cuerpo, y no encontraran alivio hasta que vayan a Cristo, la fuente de vida. Entonces cesaran las quejas de cansancio, soledad, y descontento. No podemos cambiar nuestros corazones ni digerir nuestros pensamientos, impulsos y afectos. Pero si podemos escoger el servir a Dios; podásemos entregarle nuestra voluntad, y entonces él obrará en nosotros el querer y el hacer según su buena voluntad. Recibimos fuerza de lo alto para mantenernos firmes. Una vida pura y noble, de victoria sobre nuestros apetitos y pasiones, es posible para todo el que une su débil y vacilante voluntad a la omnipotente e invariable voluntad de Dios. Los agentes naturales actúan para restablecer la salud. Pero lo que actúa por medio de estos agentes es el poder de Dios. Todo poder capaz de dar vida procede de él. Cuando alguien se repone de una enfermedad es Dios quien lo sana. (Testimonies tomo 4 pag 579, El Ministerio de Curación pag 131-132, 76) |
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