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Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar el Aconcagua, inicio su travesía, después de años de preparación, pero quería la gloria para el solo, por lo tanto subió sin compañeros. Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparo para acampar, sino que decidió seguir subiendo decidido a llegar a la cima. Pronto oscureció..... La noche cayo con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y las estrellas eran cubiertas por las nubes. Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires....caía a una velocidad vertiginosa, solo podía ver veloces manchas más oscuras que pasaban en la misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo...y en esos angustiantes momentos, le pasaran por su mente todos sus gratos y no tan gratos momentos de su vida, él pensaba que iba a morir, mas sin embargo, de repente sintió un tirón muy fuerte que casi lo parte en dos...¡Si !, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura. En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedo mas que gritar: "AYÚDAME, DIOS MÍO", "AYÚDAME DIOS MÍO"... De repente una voz grave y profunda de los cielos le contestó? "QUÉ QUIERES QUE HAGA?" "Sálvame, Dios mío" "REALMENTE CREES QUE TE PUEDA SALVAR?" --"Por supuesto, Dios mío" "ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE..." Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la cuerda y reflexionó... Cuenta el equipo de rescate que al otro día encontró colgado a un alpinista congelado, muerto, agarrado con fuerza, con las manos a una cuerda... A DOS METROS DEL SUELO... Y tú. ¿Qué tan confiado estas de esa cuerda? ¿Por qué no lo sueltas?
A menudo aprendemos mucho de nuestros hijos. Hace algún tiempo, un amigo castigó a su hija de tres años por desperdiciar un rollo completo de papel dorado para envolturas. Estaban escasos de dinero y él se puso furioso cuando la niña trató de decorar una caja para ponerla bajo el árbol de Navidad. A pesar de todo, la pequeña niña le llevó el regalo a su Papa la mañana siguiente y le dijo:
Él se sintió avergonzado de su reacción anterior, pero su enojo volvió cuando vio la caja vacía.
La pequeña niña lo miró con lagrimas en sus ojos y dijo:
El padre se sintió destrozado. El rodeó con sus brazos a su hijita y le rogó que lo perdonara. Mi amigo me dijo que él conservó aquella caja dorada junto a su cama por años. Cuando él se sentía desanimado, sacaba uno de aquellos besos en el aire y recordaba el amor con que una niña los había depositado allí. El muchacho entró con paso firme a la joyería y pidió al dueño le mostrara el mejor anillo de compromiso que tuviera. El joyero le presentó uno. La hermosa piedra, solitaria brillaba como un diminuto sol resplandeciente. El muchacho contempló el anillo y con una sonrisa lo aprobó. Preguntó luego el precio y se dispuso a pagarlo.
- Cuando yo iba a nacer estuvo sola. Alguien le aconsejó que me matara antes de que naciera. Así se evitaría problemas. Pero ella se negó y me dio el don de la vida. Y tuvo muchos problemas, muchos. Fue padre y madre para mi, y fue amiga y hermana, y fue maestra. Me hizo ser lo que soy. Ahora que puedo le compro este anillo de compromiso. Ella nunca tuvo uno. Yo se lo doy como promesa de que si ella hizo todo por mi, ahora yo haré todo por ella. Quizás después entregue yo otro anillo de compromiso, pero será el segundo. El joyero no dijo nada. Solamente ordenó a su cajera que le hiciera al muchacho el descuento aquel que se hacía solo a los clientes importantes.
Hace muchísimos años vivía un sabio, de quien se decía que guardaba en un cofre encantado un gran secreto que lo hacia ser un triunfador en todos los aspectos de su vida y que naturalmente, por eso, se consideraba el hombre mas feliz de la tierra. Como de costumbre muchos reyes, envidiosos, le ofrecían poder y dinero y cuanto se le puede ofrecer a un sabio, y llegaron al colmo de hasta intentar robarlo para obtener el cofre, pero todo era en vano, mientras mas lo intentaban, mas infelices eran, pues la envidia no los dejaba vivir... Así pasaban los años y el sabio era cada día mas feliz, pero... un día llegó ante Él, un niño y le dijo: - Señor sabio, al igual que tú, también quiero ser inmensamente feliz... ¿Por qué no me enseñas todo lo que debo hacer para conseguirlo? El sabio, por supuesto, al ver la sencillez y la pureza del niño, le dijo: - A ti te enseñaré el secreto para ser feliz, ven conmigo y presta mucha atención, en realidad son dos cofres en donde guardo el secreto para ser completamente feliz y estos cofres son mi mente y mi corazón y el gran secreto que estos cofres guardan no es otro que una serie de pasos que debes seguir a lo largo de la vida... El primer paso, es saber que existe la presencia de Dios en todas las cosas de la vida, y por lo tanto, debes amarlo y darle gracias todos los días por todas las cosas que tienes. El segundo paso, debes quererte a ti mismo, pero... muchísimo y todos los días al levantarte y al acostarte, debes afirmar: yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso, espero mucho de mi, no hay obstáculo que no pueda vencer... El tercer paso, debes poner en práctica todo lo que dices que eres,es decir, si piensas que eres inteligente, actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso, expresa tu cariño a las personas que amas, si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas. El cuarto paso, no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es, pues esto llena tu corazón de rabia... ellos alcanzaron su meta, logra tú ahora las tuyas... El quinto paso, no debes albergar en tu corazón rencor hacia nadie ni nada este sentimiento no te dejara nunca ser feliz, y si alguien te ha herido deja que las leyes de Dios hagan justicia y tú perdona y olvida... El sexto paso, es que no debes tomar las cosas que no te pertenecen, recuerda que de acuerdo a las leyes de la naturaleza, es decir si lo haces mañana te quitaran algo de mas valor. El séptimo paso, no debes maltratar a nadie, todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se nos quiera. Y por ultimo una de las cosas más importante en esta vida, levántate siempre con una sonrisa a flor de labios, observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bello de la vida, piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes, ayuda a los demás sin pensar que vas a recibir nada a cambio, mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto para ser triunfador y que de esta manera, puedan ser también felices"...
Un pequeño gusanito caminaba un día en dirección al sol. Muy cerca del camino se encontraba un saltamontes. ¿Hacia dónde te diriges? le preguntó. Sin dejar de caminar, la oruga contestó: Tuve un sueño anoche: soñé que desde la punta de la gran montaña yo miraba todo el valle. Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo. Sorprendido, el saltamontes dijo mientras su amigo se alejaba; debes estar loco!, cómo podrás llegar hasta aquel lugar?, Tul una simple oruga! Una piedra será una montaña, un pequeño charco un mar y cualquier tronco una barrera infranqueable. Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó, su diminuto cuerpo no dejó de moverse. De pronto se oyó la voz de un escarabajo: Hacia dónde te diriges con tanto empeño? Sudando ya el gusanito, le dijo jadeante: Tuve un sueño y deseo realizarlo, subir a esa montaña y desde ahí contemplar todo nuestro mundo. El escarabajo no pudo soportar la risa, soltó la carcajada y luego dijo: Ni yo, con patas tan grandes, intentaría realizar algo tan ambicioso y se quedó en el suelo tumbado de la risa mientras la oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros. Del mismo modo, la araña, el topo, la rana y la flor le aconsejaron a nuestro amigo a desistir, No lo lograrás jamás! Le dijeron, pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir. Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar. "Estaré mejor", fue lo último que dijo y murió. Todos los animales del valle fueron a mirar sus restos, ahí estaba el animal más loco del pueblo, había construido como su tumba un monumento a la insensatez, ahí estaba un duro refugio, digno de uno que murió por querer realizar un sueño irrealizable. Una mañana en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos. De pronto quedaron atónitos, aquella concha dura comenzó a quebrarse y con asombro vieron unos ojos y una antena que no podía ser la de la oruga que creían muerta, poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas arco iris de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos: una mariposa, no hubo nada que decir, todos sabían lo que pasaría, se iría volando hasta la gran montaña y realizaría su sueño, el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir, todos se había equivocado. Dios nos ha creado para realizar un sueño, vivamos por el, intentemos alcanzarlo, pongamos la vida en ello y si nos damos cuenta que no podemos, quizá necesitemos hacer un alto en el camino y experimentar un cambio radical en nuestras vidas y entonces, con otro aspecto, con otras posibilidades y con la gracia de Dios, lo lograremos. EL ÉXITO EN LA VIDA NO SE MIDE POR LO QUE HAS LOGRADO, SINO POR LOS OBSTÁCULOS QUE HAS TENIDO QUE ENFRENTAR EN EL CAMINO.
El Portal de Oro
En una ciudad nacieron dos hombres, el mismo día, a la misma hora en el mismo lugar. Sus vidas se desarrollaron y cada uno vivió muchas experiencias diferentes. Al final de sus vidas ambos murieron el mismo día, a la misma hora, en el mismo lugar. De acuerdo a la leyenda se dice que al morir tenemos que pasar por un gran portal de oro puro, donde allí un guardián, nos hace ciertas preguntas para permitirnos pasar. El primer hombre llegó y el guardián le pregunta:
Al escuchar estas palabras, el hombre llorando y con gran pena en su corazón se sienta a un lado a sufrir el dolor de no poder entrar..... El segundo hombre llegó y el guardián le pregunta:
Pero ante esta respuesta el hombre responde:
Un famoso maestro se encontró frente a un grupo de jóvenes que estaban en contra del matrimonio. Los muchachos argumentaban que el romanticismo constituye el verdadero sustento de las parejas y que es preferible acabar con la relación cuando éste se apaga en lugar de entrar a la hueca monotonía del matrimonio. El maestro les dijo que respetaba su opinión, pero les relató lo siguiente: "Mis padres vivieron 55 años casados. Una mañana mi mamá bajaba las escaleras para prepararle a papá el desayuno y sufrió un infarto. Cayó. Mi padre la alcanzó, la levantó como pudo y casi a rastras la subió a la camioneta. A toda velocidad, rebasando, sin respetar los altos, condujo hasta el hospital. Cuando llegó, por desgracia, ya había fallecido. Durante el sepelio, mi padre no habló, su mirada estaba perdida. Casi no lloró. Esa noche sus hijos nos reunimos con él. En un ambiente de dolor y nostalgia recordamos hermosas anécdotas. El pidió a mi hermano teólogo que le dijera, donde estaría mamá en ese momento. Mi hermano comenzó a hablar de la vida después de la muerte, conjeturó como y donde estaría ella. Mi padre escuchaba con gran atención. De pronto pidió "llévenme al cementerio". "Papa" respondimos "¡Son las 11 de la noche! ¡No podemos ir al cementerio ahora!" Alzó la voz y con una mirada vidriosa dijo: "No discutan conmigo por favor, no discutan con el hombre que acaba de perder a la que fue su esposa por 55 años". Se produjo un momento de respetuoso silencio. No discutimos mas. Fuimos al cementerio, pedimos permiso al velador, con una linterna llegamos a la lápida. Mi padre la acarició, oró y nos dijo a sus hijos que veíamos la escena conmovidos: "Fueron 55 buenos años...¿saben? Nadie puede hablar del amor verdadero si no tiene idea de lo que es compartir la vida con una mujer así". Hizo una pausa y se limpio la cara. "Ella y yo estuvimos juntos en aquella crisis. Cambié de empleo" continuo "Hicimos el equipaje cuando vendimos la casa y nos mudamos de ciudad. Compartimos la alegría de ver a nuestros hijos terminar sus carreras, lloramos uno al lado del otro la partida de seres queridos, rezamos juntos en la sala de espera de algunos hospitales, nos apoyamos en el dolor, nos abrazamos en cada Navidad, y perdonamos nuestros errores... hijos, ahora se ha ido y estoy contento, ¿saben por qué?, porque se fue antes que yo, no tuvo que vivir la agonía y el dolor de enterrarme, de quedarse sola después de mi partida. Seré yo quien pase por eso, y le doy gracias a Dios. La amo tanto que no me hubiera gustado que sufriera..." Cuando mi padre termino de hablar, mis hermanos y yo teníamos el rostro empapado de lágrimas. Lo abrazamos y él nos consoló: "Todo está bien hijos, podemos irnos a casa; ha sido un buen día". Esa noche entendí lo que es el verdadero amor. Dista mucho del romanticismo, no tiene que ver demasiado con el erotismo, mas bien se vincula al trabajo y al cuidado que se profesan dos personas realmente comprometidas." Cuando el maestro termino de hablar, los jóvenes universitarios no pudieron debatirle. Ese tipo de amor era algo que no conocían.
Un cristiano y un peluquero no creyente estaban caminando por los barrios de la ciudad. El peluquero dijo al cristiano: "Es por esto por lo que no puedo creer que EXISTE el Dios que tú me hablas, en un Dios de Amor. Si Dios fuera así como tu dices, EL no permitiría que estos vagos fueran adictos a la droga y a otros hábitos destructivos. No, no puedo creer en un Dios que permite todo esto." El cristiano no le rebatio, lo acompaño hasta su peluqueria, recibio sus servicios y luego se despidieron. Caminó callado, meditando hasta que se encontro con un hombre particularmente descuidado. El cabello le llegaba hasta el cuello y la barba sin rasurar. Inmediatamente el cristiano corrio donde el peluquero, abrio la puerta y le dijo:"Los Peluqueros no EXISTEN" El Peluquero replico: Pero como dices eso, acas de afeitarte y cortarte el cabello, y me dices eso,estas loco. El Cristiano continuo: "Claro que los peluqueros no EXISTEN, porque si existieran no permitirian que un hombre como ése que pasa enfrente continué viviendo aquí sin un corte de pelo y una buena rasurada." Indignado, el peluquero contestó: "¿Porqué me culpas por la condición de este hombre? No puedo evitar que él esté así. Nunca ha ido a mi peluquería, yo podría arreglarlo y hacerlo verse como un caballero si él me lo pidiera." El cristiano miró fijamente al peluquero y le dijo: "Entonces no puedes decir que Dios no EXISTE, por permitir que los hombres sigan viviendo en sus malos caminos. EL constantemente los está invitando a acercarse para ser salvados y recibir sus promesas a través de su palabra, pero al igual que este hombre, no se lo han pedido.
Un día bajó el Señor a la tierra en forma de mendigo y se acerco a casa del zapatero y le dijo: "Hermano, hace tiempo que no como y me siento muy cansado, aunque no tengo ni una sola moneda quisiera pedirte que me arreglaras mis sandalias para poder seguir caminando". El zapatero le respondió: "Yo soy muy pobre y ya estoy cansado que todo el mundo viene a pedir y nadie viene a dar!". El Señor le contestó: "Yo puedo darte lo que tu quieras". El zapatero le pregunto: "Dinero inclusive?".
Entonces el Señor le dijo: "Ah hermano mío, ya ves que fortuna tienes y no te das cuenta".
Esta es la historia de un hombre que yo definiría como un buscador ... Un buscador es alguien que busca, no necesariamente alguien que encuentra. Tampoco es alguien que, necesariamente, sabe qué es lo que está buscando. Es simplemente alguien para quien su vida es una búsqueda. Un día, el buscador sintió que debería ir a la ciudad de Kammir. El había aprendido a hacer caso riguroso a esas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo, de modo que dejó todo y partió. Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos divisó a lo lejos la ciudad de Kammir. Un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó mucho la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores bellas. La rodeaba por completo una especie de valla de madera lustrada ... Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar. De pronto sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar. El buscador traspasó el portal y caminó lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles. Dejó que sus ojos se posaran como mariposas en cada detalle de este paraíso multicolor. Sus ojos eran los de un buscador, y quizá por eso descubrió sobre una de las piedras, aquella inscripción: "Aquí yace Abdul Tareg. Vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días." Se sobrecogió un poco al darse cuenta que esa piedra no era simplemente una piedra, era una lapida. Sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estuviera enterrado en ese lugar. Mirando a su alrededor el hombre se dio cuenta que la piedra de al lado tenía también una inscripción. Se acercó a leerla; decía: "Aquí yace Yamir Kalib. Vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas." El buscador se sintió terriblemente abatido. Ese hermoso lugar era un cementerio y cada piedra, una tumba. Una por una leyó las lapidas. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto. Pero lo que más lo conecto con el espanto fue comprobar que el que más tiempo había vivido sobrepasaba apenas los 11 años. Embargado por un dolor terrible se sentó y se puso a llorar. El cuidador del cementerio, que pasaba por ahí, se acercó. Lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar. "No, ningún familiar" dijo el buscador. ¿Qué pasa con este pueblo? ¿Qué cosa terrible hay en esta ciudad? ¿Porqué tantos niños muertos enterrados en este lugar...?
Así, vamos anotando en la libreta cada momento que disfrutamos. Cuando alguien muere es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo anotado, para escribirlo sobre su tumba, porque es, amigo caminante, el único y verdadero tiempo VIVIDO." Vive intensamente, y sanamente, el presente
Mucha gente es irracional, ilógica y egocentrica;
Si haces el bien la gente te acusara de tener motivos escondidos y egoístas;
Si tienes exito ganaras falsos amigos y verdaderos enemigos;
El bien que hagas hoy será olvidado mañana;
La honestidad y la franqueza te hacen vulnerable;
Aquello que pasas la vida entera construyendo pude que sea destruido de un dia para otro;
Algunas personas necesitarán tu ayuda mucho pero puede que te ataquen cuando les ayudes;
Dale al mundo lo mejor de ti y terminarás siendo pateado en lo dientes;
De joven yo era un revolucionario y mi oración consistía en decir a Dios:
A medida que fui haciéndome adulto y caí en la cuenta de que me había pasado media vida sin haber logrado cambiar a una sola alma, transforme mi oración y comencé a decir:
Ahora, que soy un viejo y tengo los días contados, he empezado a comprender lo tonto que yo he sido. Mi única oración es la siguiente:
Un barco iba realizando un viaje entre América y Hawai cuando repentinamente apareció una tormenta que azotó al barco, el cual se hundió. El único sobreviviente del naufragio, aferrado a una tabla Agradecio a Dios el haberle salvado llegando a una playa de una diminuta y deshabitada isla. El oró fervientemente a Dios pidiéndole ser rescatado, y cada día escudriñaba el horizonte buscando ayuda, pero no parecía llegar. De los árboles cercanos obtuvo cocos y plátanos para alimentarse, de la playa cercana obtuvo peces para alimenentarse, agradeciendo a Dios el darle alimento. Pasaron los días y finalmente optó por construirse una cabaña de madera para protegerse de los elementos y almacenar sus pocas pertenencias., al poder hacerla tan bien agradecio a Dios por ello. Un día, tras de merodear por la isla en busca de alimento, a lo lejos, divisó humo, corrió rapidamente para encontrar su cabañita envuelta en llamas, con el humo ascendiendo hasta el cielo. Lo peor había ocurrido... lo había perdido todo. Quedó anonadado con tristeza y rabia.
Cuando su perplejidad paso, se atrevio a hablarle al marinero y le dijo:
HAY QUE SABER SEMBRAR PARA COSECHAR... Una mujer soñó que estaba en una tienda recién inaugurada y para su sorpresa, descubrió que Dios se encontraba tras el mostrador.
Sin atreverse a creer lo que estaba oyendo, se decidió a pedir lo mejor que un ser humano podría desear.
En la misma forma en que procedemos con la naturaleza hay que trabajar con el corazón humano, "roturando" la costra de la indiferencia que la rutina ha formado, removiendo los trozos de un egoísmo mal entendido, desmenuzándolos en pequeños trozos de gestos amables, palabras cálidas y generosas, hasta que con soltura, permitan acoger las semillas que diariamente podemos solicitar "Gratis" en el almacén de Dios, porque EL mantiene su supermercado en promoción. Son semillas que hay que cuidar con dedicación y esmero y regarlas con sudor, lágrimas y a veces hasta con sangre, como regó EL nuestra redención y!como tantos compatriotas han fecundado nuestro suelo!. - En un trabajo de Fe y Esperanza, de perseverante esfuerzo, mientras los frágiles retoños, se van transformando en plantas firmes capaces de dar los frutos anhelados...
El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se daño y lo hizo perder una hora de trabajo y ahora su antiguo camión se niega a arrancar. Mientras lo llevaba a casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos, me invito a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol tocando las puntas de las ramas con ambas manos. Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazo a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa. Posteriormente me acompañó hasta el carro. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunte acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes. "Oh, ese es mi árbol de problemas", contesto. "Se que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego en la mañana los recojo otra vez". "Lo divertido es", dijo sonriendo, "que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior"
No había en el pueblo peor oficio que el de portero del botiquín. Pero ¿qué otra cosa podría hacer aquel hombre? De hecho, nunca había aprendido a leer ni a escribir, no tenía ninguna otra actividad ni oficio. Así que llegó a ser portero del botiquín del pueblo.
El hombre sintió que el mundo se derrumbaba. Nunca había pensado que podría llegar a encontrarse en esa situación. ¿Qué hacer? Recordó que en el botiquín, cuando se rompía una silla o se arruinaba una mesa, él, con un martillo y clavos lograba hacer un arreglo sencillo y provisorio. Pensó que esta podría ser una ocupación transitoria hasta conseguir un empleo. El problema es que solo contaba con unos clavos oxidados y una tenaza mellada. Usaría parte del dinero para comprar una caja de herramientas completa.
A la mañana siguiente, como había prometido, el vecino tocó la puerta.
"...No dispongo de cuatro días para compras", recordaba. Si esto era cierto, mucha gente podría necesitar que el viajara a traer herramientas. En el siguiente viaje arriesgó un poco más del dinero trayendo más herramientas que las que había vendido. De paso, podría ahorrar algún tiempo de viajes. La voz empezó a correrse por el barrio y muchos quisieron evitarse el viaje. Una vez por semana, el ahora corredor de herramientas viajaba y compraba lo que necesitaban sus clientes. Alquiló un galpón para almacenar las herramientas y algunas semanas después, con una vidriera, el galpón se transformó en la primera ferretería del pueblo. Todos estaban contentos y compraban en su negocio. Ya no viajaba, los fabricantes le enviaban sus pedidos. Él era un buen cliente. Con el tiempo, las comunidades cercanas preferían comprar en su ferretería y ganar dos días de marcha. Un día se le ocurrió que su amigo, el tornero, podría fabricar para el las cabezas de los martillos. Y luego, por qué no? Las tenazas... y las pinzas... y los cinceles. Y luego fueron los clavos y los tornillos.... Para no hacer muy largo el cuento, sucedió que en diez años aquel hombre se transformo con honestidad y trabajo en un millonario fabricante de herramientas. Un día decidió donar a su pueblo una escuela. Allí se enseñaría, además de leer y escribir, las artes y oficios más prácticos de la época. En el acto de inauguración de la escuela, el alcalde le entregó las llaves de la ciudad, lo abrazó y le dijo:
Generalmente los cambios son vistos como adversidades. Las adversidades encierran bendiciones. Las crisis están llenas de oportunidades. Cambiar y adaptarse al cambio siempre será la opción más segura.
Una noche tuve un sueño... soñé que estaba caminando por la playa con el Señor y, a través del cielo, pasaban escenas de mi vida. Por cada escena que pasaba, percibí que quedaban dos pares de pisadas en la arena: unas eran las mías y las otras del Señor. Cuando la última escena pasó delante nuestro, miré hacia atrás, hacia las pisadas en la arena y noté que muchas veces en el camino de mi vida quedaban sólo un par de pisadas en la arena. Noté también que eso sucedía en los momentos más difíciles de mi vida. Eso realmente me perturbó y pregunté entonces al Señor: "Señor, Tu me dijiste, cuando resolví seguirte, que andarías conmigo, a lo largo del camino, pero durante los peores momentos de mi vida, había en la arena sólo un par de pisadas. No comprendo porque Tu me dejaste en las horas en que yo más te necesitaba". Entonces, El, clavando en mi su mirada infinita me contestó: "Mi querido hijo. Yo te he amado y jamás te abandonaría en los momentos más difíciles. Cuando viste en la arena sólo un par de pisadas fue justamente allí donde te cargué en mis brazos".
LA VIDA VALE MÁS QUE LA SOBREVIVENCIA Historia del libro "El Último Héroe Del Titánic", de Moody Adams. Si Ud. vio la función de la película "Titánic", sabe lo suficiente acerca de lo que ocurrió el 14 de Abril de1912, cuando el navío que "ni mismo Dios podría hundirlo", el hecho es que naufragó. De las 1528 personas que cayeron al agua, apenas 6 fueron rescatadas. Pero Ud. sabia que una de éstas seis personas fué en verdad salvada dos veces en aquella noche? Su historia es un aviso inspirador de que la vida vale más de que apenas sobrevivir. Para contar la historia de éste hombre, entretanto, es necesario que primeramente, yo le hable de otro, un escocés llamado John Harper. Harper, un ministro del Evangelio, embarcó en el Titánic acompañado de su hija Nana, de seis años. Planeaba viajar hasta la Iglesia Moody, en Chicago, donde había sido invitado para predicar durante tres meses. Cuando el navío se chocó en el fatídico iceberg y comenzó a sumergirse, Harper se preocupó con la seguridad de su hija colocándola en uno de los botes salvavidas. El inició entonces, aquello quesería el último trabajo evangelístico de su joven existencia. A la medida que las aguas heladas comenzaron a invadir el navío oyeron a Harper gritando: "Dejen que las mujeres, los niños y los que no son salvos todavía embarquen en los botes salvavidas". Los sobrevivientes relataron que Harper se quitó su propio chaleco salvavidas y lo dió a otro hombre. "No se preocupe conmigo", dijo. "Yo no estoy yendo para abajo, estoy yendo para arriba". Cuando el navío comenzó a hundirse, más de 1500 pasajeros saltaban o caían en las aguas heladas. En cuanto ellos sumergían gradualmente o se congelaban hasta la muerte, Harper fué visto nadando entre los pasajeros, convenciéndoles a cada uno a aceptar a Cristo. Apenas seis de las 1500 personas que luchaban dentro de las aguas fueron rescatadas, incluyendo un hombre que más tarde se identificó como siendo el último convertido de Harper. Este joven había subido sobre un monte de destrozos. Harper que luchaba en las aguas muy cerca de él gritó: "Ud. es salvo?" "Nó", respondió el hombre.
Con el último soplo de su respiración, Harper gritó: "Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo". El entonces sumergió debajo de las olas por la última vez. Alli en aquél momento, el hombre a quién Harper hablara de Cristo, decidió entregar su vida a Él. Cuatro años más tarde, cuando los sobrevivientes del Titánic se encontraron en Ontário, Canadá, éste hombre en lágrimas dió su testimonio, contando cómo John Harper lo condujo al Señor Jesús. Yo no necesito decir que ésta dramática historia jamás hizo parte de una película. Vivimos en una cultura que parece más interesada en historias de ficción, romance, sexo ilícito y joyas caras, de que en el verdadero romance entre Dios y Su pueblo. Cuando el asunto del Titánic fuera a tono, por tornarse tan popular desde el lanzamiento de la película, cuente a sus amigos el "resto de la historia". Dígales acerca del joven cristiano escocés que dió testimonio de Cristo con su último suspiro. Certifíquese también que sus hijos conozcan la historia. John Harper nos recuerda una gran lección, el secreto de los siglos: La vida vale mucho más de que simplemente sobrevivir. Una vez un Sacerdote estaba dando un recorrido por la Iglesia al mediodía... al pasar por el altar decidió quedarse cerca para ver quién había venido a rezar. En ese momento se abrió la puerta, el sacerdote frunció el entrecejo al ver a un hombre acercándose por el pasillo; el hombre estaba sin afeitarse desde hace varios días, vestía una camisa rasgada, tenía el abrigo gastado cuyos bordes se habían comenzado a deshilachar. El hombre se arrodilló, inclinó la cabeza, luego se levantó y se fue. Durante los siguientes días el mismo hombre, siempre al mediodía, estaba en la Iglesia cargando una maleta... se arrodillaba brevemente y luego volvía a salir. El sacerdote, un poco temeroso, empezó a sospechar que se tratase de un ladrón, por lo que un día se puso en la puerta de la Iglesia y cuando el hombre se disponía a salir le preguntó:
"Señor, solo vine nuevamente para contarte cuan feliz me haces cuando me liberas de mis pecados... no sé muy bien rezar, pero pienso en ti todos los días... así que Jesús, este es Jim reportándose". El Padre, sintiéndose un tonto, le dijo a Jim que estaba bien y que era bienvenido a la Iglesia cuando quisiera. El sacerdote se arrodilló ante el altar, sintió derretirse su corazón con el gran calor del amor y encontró a Jesús. Mientras lágrimas corrían por sus mejillas, en su corazón repetía la plegaria de Jim: "SOLO VINE PARA DECIRTE, SEÑOR, CUAN FELIZ FUI DESDE QUE TE ENCONTRE A TRAVES DE MIS SEMEJANTES Y ME LIBERASTE DE MIS PECADOS... NO SE MUY BIEN COMO REZAR, PERO PIENSO EN TI TODOS LOS DIAS... ASI QUE JESUS, SOY YO REPORTÁNDOME". Cierto día el sacerdote notó que el viejo Jim no había venido. Los días siguieron pasando sin que Jim volviese para rezar. Continuaba ausente, por lo que el Padre comenzó a preocuparse, hasta que un día fue a la fábrica a preguntar por él; allí le dijeron que él estaba enfermo, que pese a que los médicos estaban muy preocupados por su estado, todavía creían que tenía un chance de sobrevivir. La semana que Jim estuvo en el hospital trajo muchos cambios, él sonreía todo el tiempo y su alegría era contagiosa. La enfermera jefe no podía entender por qué Jim estaba tan feliz, ya que nunca había recibido ni flores, ni tarjetas, ni visitas. El sacerdote se acercó al lecho de Jim con la enfermera y ésta le dijo, mientras Jim escuchaba: "Ningún amigo ha venido a visitarlo, él no tiene a donde recurrir".
La enfermera está equivocada... pero ella no puede saber que TODOS LOS DIAS, desde que llegué aquí, a MEDIODIA, un querido amigo mío viene, se sienta aquí en la cama, me agarra de las manos, se inclina sobre mí y me dice: "SOLO VINE PARA DECIRTE, JIM, CUAN FELIZ FUI DESDE QUE ENCONTRE TU AMISTAD Y TE LIBERE DE TUS PECADOS. SIEMPRE ME GUSTO OIR TUS PLEGARIAS, PIENSO EN TI CADA DIA... ASI QUE JIM, ESTE ES JESUS REPORTÁNDOSE". Ahora, cada día, no podemos perder la oportunidad de decirle a Jesús: Aquí Estoy REPORTÁNDOME... Una pelota de basketball en mis manos vale unos $19.00
Una raqueta de tenis en mis manos, no sirve para nada.
Una honda en mis manos es un juego de niños.
Dos panes y cinco peces en mis manos son un par de sandwiches de pescado.
Unos clavos en mis manos pueden servir para construir una pajarera.
Como has visto, todo depende de en manos de quién está el asunto. Pon tus proyectos, tus preocupaciones, tus miedos, tus deseos, tus sueños, tu familia y tus relaciones en manos de Dios. Tu decides... En tus manos con tus propias fuerzas o en las manos de Dios con las fuerzas de ambos. No olvides "Todo depende de en manos de Quién está el asunto". ¿Y tus asuntos en manos de quien están Había una vez una mariposa. Esta mariposa era como toda buena mariposa, trabajadora y servicial.Se la pasaba acarreando hojitas de día y de noche; casi no tenía tiempo para descansar. Y así transcurría su vida, trabajando y trabajando. Un día fue a buscar comida a un estanque que estaba un poco lejos de su casa, y para su sorpresa al llegar al estanque vió como un botón de lirio se abría y de él surgía una hermosa y delicada florcilla.
Y asi la mariposa y el lirio siguieron conversando todo el dia, haciendose grandes amigos. Cuando iba a anochecer la mariposa regresó a su casa, no sin antes prometer al lirio que volvería al dia siguiente.
Pero al día siguiente la mariposa se dió cuenta de que no había trabajado nada el día anterior. Así que decidió quedarse a trabajar y se dijo:"Mañana iré donde el lirio. Hoy no puedo, estoy demasiado ocupada, mañana iré y le diré, además que le extraño". Al día siguiente amaneció lloviendo, y la mariposa no pudo salir de su casa y se dijo:"Que mala suerte, hoy tampoco veré al lirio. Bueno no importa, mañana le diré todo lo especial que es para mi". Y al tercer día la mariposa se despertó muy temprano y se fué al estanque, pero al llegar encontró al lirio en el suelo, ya sin vida. La lluvia y el viento habian destrozado su tallo. Entonces la mariposa pensó:"¡Que tonta fui! desperdicié tanto tiempo, mi amigo se fue sin saber todo lo que le queria, en verdad me arrepiento". Y así fue como ambos nunca supieron lo importantes que eran. No esperes el final de tu vida para arrepentirte. No esperes el mañana para orar por alguien, bendecir a alguien o para preocuparte por alguien; y por ningún motivo dejes de decirle a una persona que le amas, que la valoras, que la respetas y que es importante para ti, Había un hombre muy rico que poseía muchos bienes, una gran hacienda, numeroso ganado y varios empleados a su servicio. Tenía un único hijo que era heredero de todo y al contrario del padre no le gustaba trabajar ni asumir compromisos. Lo que más le gustaba era estar con sus amigos y ser adulado por ellos. Su padre siempre le advertía que sus amigos estaban a su lado mientras tenia que ofrecerles y que después lo abandonarían. Los insistentes consejos de su no eran escuchados y se ausentaba sin prestar la mínima atención. Un día, el padre que estaba avanzado en años le dijo a sus empleados que construyeran un pequeño granero. Dentro, él mismo hizo una horca y colocó una placa con la siguiente leyenda: 'Para ti, para que nunca más desprecies las palabras de tu padre'. Más tarde, llamó a su hijo y lo llevó hasta el granero y le dijo:
Entonces, subió las gradas y colocó la cuerda en su pescuezo y pensó: ¡Ah, si tuviese una nueva oportunidad!
Dios es así con nosotros. ¡Él siempre nos da una nueva oportunidad! Oportunidad para ser nuevas criaturas, para ser personas buenas y útiles, para perdonar y amar, para buscar la felicidad. ¡Hoy Dios le está dando una nueva oportunidad, no la desperdicie! |
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